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JUST A DREAM

Si bien su rutina era la misma todos los días,ese lunes había algo peculiar en el ambiente. Tal vez fueran las guirnaldas navideñas que adornaban los almendros del recinto,el burdo disfraz de Santa Claus de la consejera,o el gorro rojos con algodón blanco de la enfermera o,incluso el sobreadornado abeto del club de ocultismo. Dejó todos esos pequeños vistosos detalles y se colocó al frente de su casillero para Dios sabe qué,bueno,si lo sabemos,para echar un vistazo a su móvil con funda R2D2 aprovechando que los alumnos que miraban las taquillas colindantes a la suya la escondían de las miradas de los maestros que pasaban por ahí para dirigirse a sus respectivas clases y prepararlo todo para la jornada escolar de ese día.

Tocaban las siete y cuarto cuando decidió aprovechar la hora que que había antes del comienzo de las clases para dirigirse a la sala de ordenadores en vez de autocompadecerse de sí misma. Subió los tres pisos hasta que dió con un cartel con una puerta debajo que decía: “Sala de ordenadores”. Entró y sentó en su mismo sitio de siempre,el último PC a la izquierda,lo arrancó y se quedó mirando la pantalla unos minutos sin percatarse de que Ryuto,su compañero de clase se sentó cinco asientos más a la derecha que su sitio.

Pasó el ratón por un icono que decía “Miku Miku Dance”.Sonrió melancólica.

-Onee-san,¿me enseñas a usa eso con lo que haces que se mueva Miku?

-Se llama animación,Rini-chan.”

Después de eso recuerda haberla sentado sobre sus rodillas y empezar a mostrarle todo lo que hacía e indicarle todo lo que tenía que hacer cuando decía “¿Puedo?¿Puedo?¿Puedo,Onee-san?¡Por favor!”. A veces le parecía estúpido que se lo pidiera tantas veces,porque le habría dejado a la primera.

Tuvo que reprimir una lágrima.

Rini Osu,o Rini-chan,era su hermana pequeña. Era. Lo fue hasta que aquella maldita enfermedad que se hacía llamar leucemia se la llevó. Siempre había pensado que ella era lo único que mantenía unida su familia,si se la podía calificar de eso. No se equivocaba demasiado. Desde que Rini murió cada Navidad era peor que la anterior,y aquella no sería mucho mejor que la anterior.

Sacudió la cabeza en un intento de quitar todos esos pensamientos de su mente y abrió un MMO que había en el escritorio y en el que tenia una cuenta. Tecleó su dirección de e-mail y su contraseña para,posteriormente,clicar en el botón que decía “Iniciar sesión”.

Observó un icono rojo en la esquina inferior derecha de la pantalla que indicaba que había recibido un mensaje nuevo. Abrió el contenido del mensaje: “¡Feliz Navidad,Osu-chan!”

22:17,19-12-2016

Pensó que podría ser un acosador,ya que conocía su apellido,pero luego cayó en que los había publicado en su perfil publico.

Igualmente,y gracias por preocuparte por mí GuerreroRojo97”contestó Pippi.

Y dime...¿te sueles pasar mucho por aquí?”envió el otro usuario.

Pues la verdad es que no. Me he pasado por aquí porque he visto el icono en el escritorio xD”

xD.¿Tu RPG favorito?”

Mogeko Castle. ¿Y el tuyo?”

Eartbound.”

Buena elección.¿Tu nombre?”

¿Acaso no lo has leído bien? GuerreroRojo97”

Tu nombre real -_-”pero lo que la del flequillo rosa no sabía era que el usuario misterioso estaba muchísimo más cerca de lo que ella pensaba.

No te lo pienso decir.¿Quién me asegura que no eres un psicópata?”y no es que no quisiera dar su nombre por miedo a un psicópata,sino por no desvelar su identidad a la chica.

De acuerdo. De todas formas he de ir a clases así que adiós.”

Adiós.”

Apagó el equipo y se dirigió a su clase esperando que ni Kokona ni la

perrita faldera de Miyu se mofaran de ella. Suspiró y comenzó a caminar peleando con las mangas de seifuku marino que se habían enrollado en sus muñecas.

-¡Mírala! No sabe ni vestirse bien.-comentó Saki al verla caminar hacia el salón de clases.

-¿Qué?¿Te aclaras o te hago un croquis?

-No sabré vestirme,pero al menos sé donde está Europa.-contestó Pippi con la mirada gacha.

-¿Y...cómo explicas que sea la primera de clase?-intentó rebatir Haruka a Osu.

-La boca no solo sirve para hacer exámenes orales.-fue lo último que dijo antes de sentarse en su pupitre y comenzar a sacar todo el material antes de que una furiosa pelimorada se lo tirara al suelo con un sutil manotazo.

Suspiró. No sabía si llorar o irse con su hermana pequeña a un supuesto lugar mejor,le dió un rápido vistazo al aula antes de sumergirse en su libreta de mates,como un escape a su vida,como una metafórica mascarilla que aunque no solucionaba nada la protegía de unos,no tan metáforicos,gases mortales.

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-¡Budo-san!¿Le podría pedir un favor?-le preguntó un chico de cabello rojo al maestro de artes marciales.

-Claro,chico.-le respondió con su característica voz de señor de la teletienda.-¿En qué puedo ayudarte?

-Recuerdo que comentaste una vez que tenías un arnés de escalada,¿me lo podrías dejar?

-¿Puedo saber por qué? No te lo tomes a mal es que no voy dejando ese tipo de cosas por ahí,son muy delicadas,¿sabes?

-E-Es p-para ,¡darle una sorpresa a la chica que me gusta!-dijo Ippongo casi tan rojo como su cabello.

-Ya veo...Y dime,¿qué pretendes hacer con eso?

-Había pensado en bajar vestido de Santa Claus por su chimenea,para eso necesito el arnés. Ella está pasando una etapa difícil y se la quería alegrar.

-Ah...Deberías de practicar antes de hacerlo,podrías lesionarte.-le comentó Budo.

-No puedo vivo en un edificio y no hay chimenea.-se lamentó el pelirrojo.

-¡Pues mira tú que suerte!Mi nueva casa tiene chimenea.-exclamó Masuta.-te espero a las cinco y media en el centro de Sisuta. Acabamos antes así que diciéndote mi dirección.

-D-De acuerdo.-titubeó Ippongo ante la iniciativa del pelinegro,que por cierto ya se dirigía a su pupitre más feliz que una perdiz,que no es que las perdices sean felices,o sí. No sé. Lo que se suele decir,en fin.

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Cuando la campana tocó,indicando el recreo,Pippi salió de su clase cual llama de fuego cuando recibe algo de oxígeno en dirección al laboratorio de computación. Caminaba apresuradamente,como si en la sala hubiera un escape a toda su vida. Pero solo había ordenadores. Se sentó en su silla,pero sin encender el PC. Apoyó su brazo izquierdo en el escritorio y su frente en el mismo observando la pulsera mal hecha de diferentes colores que adornaba la piel pálida de su muñeca derecha.

-Rini-chan...-susurró con la voz rota antes de romper a llorar.

-Osu-san...¿Estás bien?¿Por qué lloras?-dijo Ryuto acercándose a verla cuando entraba.

La de ojos verdes sollozó aún más fuerte y lo apartó de un manotazo para salir al baño a llorar,dejando al chico de la cinta en la cabeza confuso y con la palabra en la boca,para dirigirse inmediatamente a su sitio,exactamente cinco más a la derecha que el de Osu e iniciar sesión en un MMORGP bajo el nick de GuerreoRojo97 y enviarle un amistoso “¡Hola!” a la chica del flequillo rosa.

Después de llorar unos quince minutos volvió a dirigirse a la sala de ordenadores esperando que Ippongo no le preguntara nada,y para su fortuna,no lo hizo.

Inició sesión sesión en el MMORPG de esa mañana esperando poder con el mismo usuario otra vez y,como regalo de Navidad enviado por un ser que le pudo dar un vuelco de alegría a su corazón en mucho tiempo,ya le había enviado un mensaje:

¡Hola!”

Hola :D”

¿Ha pasado tiempo,eh? XD”

Sip XD”

¿Qué esperas esta Navidad?”

Nada.”

¿Cómo qué ‘nada’?”

Por mucho que espere una Navidad en familia,juntos y regalos bajo el árbol,me habré despertado de esa ensoñación cuando esté en un restaurante de comida rápida a las nueve en Nochebuena para coger una mesa solitaria en una esquina mientras juego a OSU a la par que me como una hamburguesa con queso.”

Vaya...” “Déjalo. No te voy a amargar tus Navidades por mis penas XD”

No me estas amargando. Debes de estar pasándolo mal.”

Antes de que se hubieran dado cuenta ya había sonado la campana,indicando que todos los alumnos deberían volver a sus respectivas clases.

Adiós //”

Hasta luego //”

Pippi decidió dirigirse a su clase por los recovecos y pasillos contrarios con el fin de esquivar a Saki y a Haruka,plan que dió resultado.

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-¡Masuta-san!¡Estoy aquí!-gritaba Ryuto con los brazos arriba,llamando la atención al maestro de artes marciales .

-Hola,Ippongo-san.-saludo Budo.-¿Y esas bolsas?

-Es el disfraz de Santa Claus.

-Vale.-contestó el pelinegro percibiendo por obra y gracia de alguna fuerza mística del Universo,que esa tarde se iba a reír.

-¿Y dónde queda tu nueva casa?

-A dos calles de aquí. Vamos.-dijo Budo comenzando a caminar,para ser seguido de Ryuto.-¿Y quién es esa chica misteriosa?¿Es Osu,verdad?

-¿C-Cómo...?

-No es que tengas demasiado contacto con demasiados seres vivos de sexo femenino,que digamos.-explicó Masuta- Ni con seres vivos en general,exceptuándome a mí,pero porque soy tu primo.

-Ah,por eso.-dijo Ryuto,antes de Budo se parara ante una,no demasiado modesta,casa unifamiliar.- ¿Es esta tu casa?Es grande.

-¿Eso es todo?-preguntó el pelinegro fingiendo ofenderse.

-N-No,qui-quiero decir...

-Tranquilo,era solo una broma.¡Hay qué ver cuan tenso estás!Bueno,manos al obra.

Se dirigieron hacia una puerta de roble lacada en blanco que servía de entrada y Budo la abrió y pasaron a un salón grande,elegante y vacío.

-¿Y los tíos no están?-le preguntó el pelirrojo a su primo.

-Están haciendo las compras de Navidad.

-Ah.¿Dónde me puedo cambiar?

-En el baño. En el piso de arriba el pasillo,la tercera puerta a la izquierda.

Ryuto asintió,y empezó a subir las escaleras cargando las bolsas que contenían su disfraz,mientras Budo subía al tejado a través de una escalera que descendía del techo del pasillo central,con el arnés a la espalda.

-¡Ya estoy!-le gritó Ippongo a la escalera,como si fuera el maestro de artes de marciales.

-Sube.

El chico subió y vió a Masuta arrodillado con el equipo entre sus manos:

-Acércate para que te lo ajuste.

El pelirrojo se acercó y su primo estuve un buen rato ajustando correas y demás,para después exclamar: -¡Listo!-pero él no se movió hasta que le llamaron la atención-Acércate a la chimenea,que no muerde.

Empezó por meter una pierna y luego la otra,hasta sentarse a pensar como reaccionaría Pippi al verle descender de su chimenea,a lo mejor se le coloraban esas mejillas lechosas y tiernas que tenía o,a lo mejor lo abofeteaba y llamaba a la policía por allanamiento de morada o algo por el estilo. Esos pensamientos desaparecieron de su cabeza como una cabra en una manada de leones hambrientos cuando Budo le llamó atención:

-¿Te vas a quedar ahí hasta que te crezcas hongos?-dijo sujetando el cable con firmeza.

Suspiró,en un intento de reunir valor y tirarse de la chimenea,hasta que lo hizo,escuchando el cable tensándose y pararse de repente,en ese momento fue en el que decidió abrir los ojos y oír la voz del pelinegro resonar por todo el espacio:

-¿Qué ha pasado?

-No lo sé. Creo que me he atascado.

a

-¿Puedes subir?

-No.

-¿Me va a tocar tener que llamar a emergencias,verdad?

-Me temo que sí.

Budo suspiró,sacando su celular de su bolsillo para llamar al 119.Y...¡hay la qué se armó! Tres patrullas de policía,los bomberos y una ambulancia para llevar a Ryuto al hospital a curarse las heridas que ocasionaron los al sacarle de la chimenea. Pero aparte de la regañina por meterse en una chimenea y un otra por consentirlo,conocieron a una enfermera de cabello rosa y grandes cualidades.

-Y dime,¿cómo te has echo estas heridas tan feas,chico?

-Me colé por una chimenea.-admitió avergonzado.

-Robar no está bien,deberías aprenderlo.-dijo ella presionando el algodón con agua oxigenada sobre el rasguño que estaba curando.

-Pst...-siseó por el dolor-No iba a robar,estaba practicando en la casa de mi primo pata sorprender a la chica que me gusta.

-¡Aw!¡Qué bonito!-exclamó conmovida-Pero te has arriesgado mucho,mejor cómprale algo que le guste.

-Buena idea...

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Fue solo salir de la escuela y dirigirse a la floristería más cercana para comprar un ramo de flores blancas para,seguidamente,ir a su casa a darse una ducha y cambiarse de ropa.

Cuando salió de su casa lo primero que vio fue un montón de gente riendo y comprando regalos,apretó el ramo contra su puño y continuó caminando con la mirada gacha y sombría.

Pensó en lo que le gustaría a Rini esa Navidad,ya tendría doce años y sería toda mujercita.

Haría lo que fuera por volver a oír su voz despertándola por la noche para dormir con ella bajo la excusa que habían monstruos bajo su cama,o por olvidar sus sollozos pidiendo que la sacaran de la quimioterapia,o por que volviera a incordiarla rogando por el último tomo de Pocket Monster Special cada vez que pasaban por la librería,o por olvidar los brazos del médico sujetándola mientras se desgarraba la faringe pidiendo que la dejaran ver a su hermanita cuando el mismo le comunicó que había dado su último suspiro.

Antes de que se diera cuenta ya había llegado al cementerio y ya le podía llorar a su hermana todo lo que quisiera y preguntarle si aún conservaba la pulsera que le regaló donde fuere que estuviese,como todos los años.

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Esa mañana en la escuela hablaba sobre que ese iba a ser su último día de clase “en serio”. Incluso Ayano Aishi parloteaba con Mei Rio,Koharu Hinata y Kuu Dere.

Decidió dirigirse a los vestuarios para ponerse el uniforme de gimnasia para evitar cruzarse con otras chicas y,lo que con lo que con el paso de los días se había convertido en su rutina,chatear con GuerreroRojo97,con el que se había hecho tan amiga que incluso compartían una cuenta conjunta bajo el nombre QuesoConHamburguesa.

Cuando el timbre sonó toda su clase se dirigió al gimnasio donde ese día practicarían escalada con esa cuerda que colgaba del techo.

Todos se colocaron en fila para disponerse y el profesor dijo su nombre todo el mundo le dedicó una mirada de desaprobación,menos él. Menos Ryuto. Él era el único que se preocupaba un poco por ella,la llamaba cuando no asistía a clases o cuando tenía algún problema. En ese momento le dedicaba una sonrisa y una mirada de ánimo.

Comenzó a escalar,sentía como se le que quemaban las manos y como sus pies no se enganchaban al siguiente nudo. Intentó mover una mano,debía hacerlo,porque él confiaba en ella.

Le salió bien. Volvió a hacerlo. Pero falló y cayó fuera del colchón quitamiedos,dándose de espaldas contra el suelo de madera,un golpe que la dejó sin respiración un par de segundos.

-¡Osu!-exclamó el profesor preocupado-¿Estás bien?

-S-Sí,s-sí...-intentó responder Pippi,mareada por el golpe el cabeza.

-¿Te duele algo?

-L-La cab-beza...

-Ippongo,compáñala a los vestuarios para que se cambie y vigila que no le pase nada por el mareo. Ruto,tráele hielo.-los dos jóvenes asintieron y Ryuto se dirigió a ayudarla a levantarse abrazándola de la cintura para levantarla.

-Mírala,se lo merece por inútil.-susurró Haruka a Miyu.

-Si ella se merece,vosotras os merecéis una tortura lenta,sangrienta y dolorosa por escoria.-les dijo el pelirrojo al escucharlas.

Se pasó el brazo de la chica por el cuello para llevarla más comodámente mientras esta se espavilaba poco a poco:

-¿Ry-Ryuto?-susurró roja al ver el rostro del chico- M-Me duele mu-mucho l-la cabeza...

-Tranquila,Oka te traerá hielo,ahora cámbiate.

-Sí.-dijo ella entrando al vestuario de chicas mientras Ryuto esperaba en el pasillo.

-¿Sabes que hay una convención de videojuegos este fin de semana en Sisuta?-dijo Pippi desde dentro colocándose los calcetines,dispuesta a salir con más ánimos después de lavarse la cara.

-¿Ah sí?¿Me puedes mandar la información por e-mail?-preguntó el chico.

-Claro.¿Tu dirección?-dijo la chica girándose del toallero para encontrarse cara a cara con Ippongo.

-QuesoConHamburguesa.-dijo él,haciendo que la sorpresa se hiciera cargo de la de ojos zafiro.

-Tú eres GuerreroRojo97...-dijo ella en un susurro obteniendo un beso como respuesta.

Pegó su frente a la de él,mientras succionaba sus labios con cariño y ternura cogiendo su cara con sus manos acaraciándola con una delicada ansia.

-Te quiero,Ryuto.-declaró Pippi,rompiendo el beso.-¿Tú a mí no?

-¿De verdad hace falta que te lo diga?

-Sí.

-Te quiero,Pippi Osu.-Pippi sonrió y Ryuto también.

Y la verdad,ese fue el mejor regaló de Navidad que tuvo la chica en toda su vida,porque,por una vez en toda su vida,se sentía querida,amada,necesitaba,amada,atractiva.

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Ayano despertó. Se preguntó porque había soñado con una bonita historia de amor entre dos de sus compañeros de tercer año. Pero llegó a dos conclusiones:

·No debía beber ponche antes de dormir si no quería soñar cosas raras.

·Era una historia tan sumamente bonita que debía plasmarla para que el mundo conociera su existencia.

Y así lo hizo. La escribió y una editorial accedió a publicársela. De esa manera Ayano Aishi se convirtió en una de las escritoras más importantes del mundo. Y se casó con Taro Yamada,su Senpai. E hicieron cosas pervertidas. Y tuvieran muchos hijos e hijas asociales y yanderes por hacer más cosas pervertidas.

FIN.

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Nota de la autora:

Es preferible que solo le hagáis caso a la historia principal que al final,el final es solo algo random que cruzó mi mente después recordar el final de los Serrano xD

De todas formas ya sabéis:

Sólo fue un sueño de Aishi”

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